miércoles, 16 de diciembre de 2015
¡Qué pinche 2015!
Queridos ocho lectores, ¿no les ha pasado que tienen momentos en que se ponen muy reflexivos sobre su vida y obra? A mi me pasó y hace tiempo quería escribir al respecto, pero tengo tantas ideas en la cabeza, que ahora sí las siento un poco peleadas con las neuronas, sin embargo, quiero aventarme un "mole" del 2015, que sin duda, es un año que ya quiero que termine, ya no lo quiero vivir, y es porque de los 30 años de mi existencia, éste méndigo es del que más he aprendido (incluso hasta de mala manera)
De los primeros golpes de mi pinche año fue un divorcio que me hizo más fuerte, aunque en los primeros días lloraba sin que nadie me viera, ahora, solo es un recuerdo que me hace ver que nadie muere de amor o desamor, y que sin duda, un amigo es oro, ¡muchos amigos es tesoro invaluable! (de verdad, nadie en este mundo debe carecer de amor, amigos y cerveza) y que la familia es el mejor motivo para levantar la cara y saber que del suelo, ¡puedo pasar!
2015 me enseñó también que de los grandes placeres en la vida es realizar viajes con poco dinero, pero con muchas ganas, me enseñó que el amor sí existe, pero que aún no es mi tiempo, que hay almas gemelas perdidas por ahí, que los besos más sinceros son los de tu perro (tengo 4) y que los abrazos que más reconfortan son los que da una madre...
Reclamos en forma de carta por correo electrónico, fotos frustradas, un café pendiente, calificaciones sin subir en los sistemas escolares, una lap top nueva, un corte de cabello y ¡un tinte fuera de tono!
Una docena de conciertos que esperaba le dieron un toque a mi año, aunque fuera una desconocida para mi cartera, tuve una mejor cara y actitud, una cama para mi sola, y lo mejor, miedo a ser independiente al 100%
En realidad no sé si odio al 2015 o le estoy agradecida, porque encontré grandes personas que cada vez que veo, me dan una cátedra de lo mejor de mi vida, y me ayudan a descubrir cosas que no sabía que tenía de bajo de mi cama, nuevas amistades que pareciera me conocen (y yo a ellos) desde la otra vida, que me dieron la llave de su casa sin saber que estuve en prisión por robo a casa habitación (no ciertoooo) Encontré también personas ojetes que me hicieron voltear los ojos unas cuarto veces a la semana, y que me obligaron a respirar lento y pausado, a mentarles la madre cada día con una palabra nueva y elegante, jaja gracias por enriquecer mi léxico.
Este año me regaló enfermedades respiratorias, porque mis bronquios no son buenos (y lo irónico es que creo que moriré un día de un piquete de abeja jaja) Dos hospitalizaciones en la cruz roja con unos enfermeros que disfrutaban canalizar a una mujer con venas ponchadas (hdp)
Y por último, la oportunidad de realizar una carrera en línea., que representa un reto enorme, pues ahora estaré del otro lado, como estudiante y no como el chacal que puedo ser al calificar exámenes.
Estúpido 2015, te amo y agradezco por joderme la vida, porque me enseñaste a ser fuerte y quiero imaginarme que es porque el 2016 viene recargado y eso me emociona y a la vez me da miedo, pero... ¿Qué puede pasar que no haya visto ya? no lo sé, pero seguro me enteraré muy pronto.
Sólo 15 días te quedan, sólo un poco más para confirmar que 365 días no pudieron conmigo... tenme miedo 2016, porque ando muy inspirada y filosa ¡Ahí te voy!
Aiedail, cazadora de años...
#SM
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¿Cuarto veces? Ah, xingá.
ResponderEliminar¿Cuarto veces? Ah, xingá.
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